Por Camilo Urrutia[1]
Resumen
Lo Barnechea y Las Condes han implementado un polémico servicio de seguridad con globos aerostáticos que integra cámaras en 360º, lo que permitirá complementar otros sistemas de vigilancia instaurados en ambas comunas. Se trata de una intervención urbana que considera tres globos de este tipo: uno posicionado en la comuna de lo Barnechea, que corresponde a una fuente móvil que se desplazará por diferentes puntos, y otros dos en Las Condes. En esta última, se considerará un punto fijo en el Centro Los Dominicos y uno móvil (24 Horas, 2015).
A raíz de lo anterior, queda en evidencia que la seguridad urbano–residencial constituye una preocupación que se ha instalado entre los vecinos del sector, quienes se han puesto de acuerdo en tomar medidas por sus manos y, asimismo, han visto en las calles un lugar de manifestación para hacer público su descontento. Justamente, dentro de los desafíos que debe enfrentar Lo Barnechea en materia de seguridad, el Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO) menciona el “manejo de una gran extensión territorial” como un punto a tener en cuenta en la planificación urbana, entendiendo esto como un aspecto vinculado a las políticas contra el microtráfico y drogadicción.
Un 75% de los delincuentes que atacan allí provienen, principalmente, de las poblaciones Cerro 18 y La Ermita y el campamento Juan Pablo II, asentamientos que limitan con el desarrollo residencial y los espacios públicos, a lo cual se suman las salidas de colegios y plazas, que se prestan para el intercambio de drogas o asaltos (Silva, 2009). Frente a este clima de inseguridad, muchas inmobiliarias han incorporado en los desarrollos residenciales de la zona fuertes controles, como un plus al momento de vender algún producto inmobiliario.
Si bien estrategias de vigilancia como la que aquí se describe parecen tener un alto grado de sofisticación, lo cierto es que contrastan con el estudio Seguridad en edificios residenciales en Santiago realizado por la empresa de seguridad Federal, que detectó que el 90% de este tipo de inmuebles no cuenta con medidas suficientes para la prevención de robos, en un universo que contemplaba, entre 2007 y 2013, 68 edificios residenciales de las comunas de Lo Barnechea, Las Condes, Vitacura, Providencia y Ñuñoa. Además, dicho estudio reveló que el 72% de los conserjes no cuenta con el curso OS–10 de Carabineros, que entrega la capacitaciónnecesaria en los procedimientos de seguridad (Rosello, 2013).
Como punto de partida, el presente artículo pretende analizar las comunas de Lo Barnechea y Las Condes, territorios estigmatizados por la convivencia con sectores vulnerables que afectan algunos aspectos de la vida cotidiana de los habitantes del sector. Como resultados esperados, se pretende evidenciar el modo en que la creciente inversión en seguridad está cada día más presente en los diversos proyectos inmobiliarios que se están desarrollando en el cono oriente de la Región Metropolitana, ello como motivo de discusión. El objetivo general, en tanto, consiste en describir y revelar el estado del arte en que surge esta nueva dirección de los proyectos inmobiliarios de tales comunas y definir las falencias de ciertos productos inmobiliarios y cómo se ha incorporado la seguridad en ellos.
La iniciativa ha desatado un interesante debate y, desde ya, se advierte una serie de efectos colaterales a partir de la implementación de este sistema de monitoreo, el que consiste en una herramienta que permite gestionar el espacio público y brindar la posibilidad de disuadir la delincuencia y microtráfico gracias a sus cámaras de alta definición. Sin embargo, cabe señalar que estamos ante una tecnología altamente invasiva, capaz de efectuar acercamientos a las principales esquinas de la comuna y, asimismo, captar imágenes georreferenciadas para definir con exactitud los focos más conflictivos de ella. Su autonomía es permanente y funcionan en directa línea con el accionar de Carabineros en terreno. Junto con vigilar, las diferentes cámaras graban el devenir cotidiano del sector, con lo cual pueden reconocer hechos que no sean detectados en el momento por el operador.
La falta de control sobre el uso del material registrado representa un tema importante en este sistema. ¿Quién maneja estos datos y bajo qué disposiciones quedan estas imágenes para su utilización? ¿Cuánto tiempo se almacenan y con qué organismos pueden ser compartidas estas últimas? Actualmente, todo queda en manos de la empresa privada a la que se adjudicó la licitación.
El alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara, defendió la implementación del dispositivo, sosteniendo que “hay delito contra la privacidad cuando se graban las imágenes y se hacen públicas. Acá, en los ocho años que llevo como alcalde, tenemos registros audiovisuales y nunca se han hecho públicas las imágenes” (Rivera, 2015). Entre los vecinos, en tanto, la opinión está divida: por un lado, se aduce que el nuevo elemento resulta invasivo, por cuanto no corresponde que la seguridad sea tutelada bajo una entidad privada, sino que, más bien, debe provenir de Carabineros y la Policía de Investigaciones; por otro, se sostiene que esta medida beneficia la seguridad comunal. Según la segunda postura, parece ser que, al internarnos en estas comunas, vemos amenazada nuestra propia seguridad, la que debe ser complementada forzosamente con estas medidas de control.
A raíz de lo anterior, el escenario público ha sido materia de estudio y especulación para el mercado inmobiliario, el cual reacciona motivado por la oportunidad que significa construir un entorno seguro para la población. Hacia el 2020, la población aumentará a 24.000 vecinos, las casas se están acabando –con precios que no experimentarán una baja– y se privilegiará densificar en altura al momento de encontrar paños liberados en Lo Barnechea, según datos de GFK Adimark. En la misma consultora, se detalla que el promedio de venta de un departamento en La Dehesa era de 14.289 UF en el primer trimestre de 2003 y, una década después, la cifra llega a 16.601 UF, para continuar su aumento hacia 2015. Para las casas, el salto es mayor: de 8.319 UF a 21.388 UF en 10 años (Economía y Negocios Online, 2014).
En conversaciones con Federal, empresa de tecnologías de seguridad y protección, se ha consultado si los edificios son realmente seguros y qué medidas se están tomando para paliar este clima de inseguridad al interior de los hogares y áreas comunes. En el resumen ejecutivo emanado por la firma, titulado “Seguridad en edificios residenciales en Santiago”, se plantea que la probabilidad de que extraños y delincuentes accedan a un edificio aumenta por sobre el 90%[2], siendo fácil moverse al interior y bastando, para ello, estar vestido normalmente y no levantar sospechas. Adicionalmente, un 80% de conserjes y personal a cargo no cuenta con curso OS-10 para ejercer labores propias de seguridad, lo que afecta directamente las condiciones de vida de la comunidad. Del mismo modo, un 94% de los inmuebles consultados carece de mantenciones en el sistema de seguridad y el 88% tiene un bajo nivel de tecnología de prevención (Rosello, 2013).
Por tal motivo, los proyectos inmobiliarios han llegado a incorporar medidas como “Smart Eyes”, que permite monitorear las visitas cuando alguien toca el timbre, al dejar registro de su paso por el departamento día y noche. Otros se han enfocado en incorporar sistemas de domótica capaces de programar el encendido y apagado a distancia desde Smartphone o bien la incorporación de “Controles biométricos” que registran huellas dactilares antes de entrar al complejo (La Nación Online, 2012).
Tabla n°1. Estudio sobre seguridad en Edificios Residenciales en Santiago. Fuente: FEDERAL.
En el 100% de las comunidades de edificios, el conserje ejerce un exceso de tareas, muchas de las cuales simplemente no puede llevar a cabo, si bien los residentes creen que se realizan. Un ejemplo de ellas son la visualización de cámaras de seguridad y el control de acceso de visitantes y residentes.
Reflexiones finales
En el marco de esta discusión, uno de los puntos que mayor preocupación genera es que se use la seguridad ciudadana como una excusa para vigilar a los vecinos. Al respecto, cabe preguntarse: ¿es necesario que, para combatir la delincuencia, tengamos que documentar el quehacer cotidiano de las personas? ¿Existen otro tipo de medidas que no infrinjan la privacidad de los ciudadanos? En rigor, lo que las tecnologías de control producen es la intrusión enel entorno personal 24 horas al día, contexto en que cada uno de los habitantes de la comuna es tratado como “sospechoso”. De hecho, habría que recordar que la tecnología aerostática funciona para fronteras realmente conflictivas, como la que separa Israel de Palestina o México de Estado Unidos, donde existen problemas de territorio, narcotráfico, comercio clandestino y traspaso ilegal de aduanas.
Por otra parte, aquellas tecnologías asociadas a los entornos residenciales son ampliamente cotizadas en edificios públicos de oficinas, centros comerciales y centros de reclusión, donde, según vemos, se ha traspasado ampliamente la función del vivir cotidiano. En tanto, muchas veces la arquitectura privilegia lo estético por sobre lo práctico y seguro (ejemplo de ello son las conserjerías alejadas de ascensores, piscinas sin visibilidad directa de algún encargado, estacionamientos de visita junto a bodegas del edificio, aspectos de diseño que podrían llegar complementar ciertos sistemas de seguridad). Al respecto, pareciera ser que la tecnología adquirida está siendo usada para otra “escala del problema”, que adopta estándares completamente desproporcionados tanto en la esfera pública como en los entornos privados. De este modo, considero que toda medida debe obedecer a criterios de utilidad y proporcionalidad antes de ser aplicadas.
En materia de tecnología, existen múltiples alternativas que van desde un bajo costo hasta lo más sofisticado, ello sin dejar de lado que, tratándose de seguridad, resulta vital contar con procedimientos y acciones que se deben adoptar antes de extremar medidas cuyo real potencial se desconoce. En el caso de Lo Barnechea, hablamos de una inversión cercana a los 280 millones de pesos para adquirir este sistema aéreo y otros 20 millones mensuales para la mantención del artefacto de monitoreo. Toda esta inversión en tecnología podría perfectamente ser destinada a sistemas que sí sirvan en el día a día o bien en potenciar planes capaces de capacitar a la comunidad en la detección y prevención del delito. De todas formas, resulta igualmente importante que el Gobierno central tome acciones concretas al respecto, dado que los delitos cada vez son más violentos y, además, cometidos por menores. Si esta medida se convierte en la forma en que se combate la delincuencia en Chile, ¿qué nos queda para los próximos 30 años? ¿Nos llenaremos de un paisaje aerostático que sea fiel reflejo de nuestra (in)seguridad ciudadana?
Bibliografía
24 Horas online. (2015). “Lo Barnechea y Las Condes implementan servicio de seguridad con globos aerostáticos”. Consultado el 06 de septiembre de 2015. http://www.24horas.cl/nacional/lo-barnechea-y-las-condes-implementan-servicio-de-seguridad-con-globos-aerostaticos-1757568
Economía y Negocios online. (2014). “Mayor conectividad vial: el principal desafío de Lo Barnechea”. Consultado el 04 de octubre de 2015. http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=118988
EMOL. (2015). “Así son los globos aerostáticos de vigilancia desplegados en Las Condes y Lo Barnechea”. Consultado el 06 de septiembre de 2015. http://www.emol.com/noticias/Nacional/2015/08/16/745314/Asi-son-los-globos-aerostaticos-de-vigilancia-desplegados-en-Las-Condes-y-Lo-Barnechea.html
La Nación online. (2012). “Ojo mágico que saca fotos y luces led, los nuevos sistemas de seguridad inmobiliarios”. Consultado el 06 de septiembre de 2015. http://www.lanacion.cl/ojo-magico-que-saca-fotos-y-luces-led-los-nuevos-sistemas-de-seguridad-inmobiliarios/noticias/2012-03-26/180112.html
Secretaría Comunal de Planificación I. Municipalidad de Lo Barnechea. PLADECO (2009-2015). Plan de Desarrollo Comunal de Lo Barnechea. 108: P. 44.
Silva, R. (2009). “Vecinos de Santiago oriente identifican los sectores más peligrosos de sus comunas”. Consultado el 09 de julio de 2015. http://www.plataformaurbana.cl/ archive/2009/10/18/vecinos-de-santiago-oriente-identifican-los-sectores-mas-peligrosos-de-sus-comunas
Rivera, V. (2015). “Recurso de protección contra globo de tele vigilancia enfrenta a vecinos de Lo Barnechea”. Consultado el 15 de octubre de 2015. http://www.latercera.com/noticia/ nacional/2015/09/680-649265-9-recurso-de-proteccion-contra–globo-de-televigilancia-enfrenta-a-vecinos-de-lo.shtml
Rosello, R. (2007-2013). Seguridad en edificios residenciales en Santiago. Santiago: Empresa de Tecnologías de Seguridad y Protección de Barrios Federal.
[1]Estudiante del Magíster en Dirección y Administración de Proyectos Inmobiliarios de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
[2]El estudio abarcó las comunas de Lo Barnechea, Vitacura, Providencia y Santiago. Las conclusiones consideran un escenario tipo de edificio de 15 pisos, con 5 departamentos en cada nivel, donde se estima viven 70 familias o unos 280 residentes (promedio de 4 personas) que transitan diariamente por los accesos principales. A ello se suman proveedores, visitas y familiares, alcanzando un movimiento cercano a 1.000 personas diarias. Si cada familia posee un automóvil y se agregan las visitas y familiares que acceden al edificio en vehículos, se contemplan 500 autos usando estacionamientos, a los que se les permite el acceso libre.